Lo que hace que este vino sea realmente especial es su origen: las parcelas de viñedos se encuentran en un antiguo lecho de río, cuyos suelos pedregosos aportan una singularidad única a la fruta. Aquí, la naturaleza y el terroir se unen para ofrecer una experiencia sensorial única.
La textura de sus taninos es afilada, similar a la sensación de la tiza, y sus aromas recuerdan a frutas exuberantes y rojas, con un toque de violetas y notas herbáceas que añaden complejidad a su perfil. Este vino es una obra maestra para disfrutar ahora o para guardar y apreciar con el paso del tiempo.

Detrás de este exquisito vino se encuentra Vinos de Potrero, la bodega fundada por el exfutbolista Nicolás Burdisso y su esposa Belén Soler Valle. Con el enólogo Bernardo Bossi Bonilla a la cabeza, quien ha dejado su huella en bodegas de renombre, como Catena Zapata y Casarena, producen vinos de alta gama que han conquistado a los críticos internacionales más exigentes. Los suelos de sus fincas son únicos, aluviales y profundos, con una textura franco-arenosa y una abundancia de piedras, lo que añade carácter y complejidad a sus vinos.

En cada sorbo de este Malbec de Gualtallary, descubrirás la pasión y la excelencia que se encuentran en el corazón de este proyecto enológico, y te transportarás a las majestuosas tierras de Mendoza con cada aroma y sabor. Déjate llevar por la elegancia sutil de este vino excepcional y experimenta una verdadera obra de arte vinícola.